ANTES, porque preparar al cuerpo para una intervención quirúrgica o para los tratamientos de radioterapia o quimioterapia es crucial para una buena recuperación. Tenemos que ser conscientes de que estos tratamientos van a provocar fatiga física y mental y tener un buen estado de forma físico hará que se minimicen muchos efectos secundarios y como no, nuestra mente será más fuerte y positiva al segregar endorfinas (también llamadas las hormonas de la felicidad). Seguro que tú has experimentado esa sensación después de ir a correr, entrenar en el gimnasio o jugar un partido, en donde sientes que te puedes comer el mundo y una sensación de“subidón” ¿verdad?
Una buena planificación sería un programa de ejercicios cardiovasculares en los que se trabaje de manera global, así como ejercicios para fortalecer la musculatura, sobre todo del tren superior.
DESPUÉS, porque el ejercicio es una parte crucial en el tratamiento y recuperación que hará, en el caso de que hubiese que realizar una intervención quirúrgica con o sin mastectomía, que nos ayude a conservar el movimiento en el brazo afectado y en el hombro.
En muchos casos existe una disminución significativa de la elasticidad en la flexión del hombro (levantar el brazo al frente) y la abducción (separar el brazo del cuerpo). Esto significa NO poder hacer cosas tan cotidianas como peinarse o hacerse una coleta, llamar a un taxi, coger una taza que esté en un armario de la cocina….
Por suerte, la medicina y los profesionales de la actividad física han tomado conciencia de la importancia que tiene no sólo la supervivencia del paciente, sino la calidad de vida una vez superada la enfermedad y gracias a ello se creó el PINK RIBBON PROGRAM, un programa de recuperación implantado desde hace años en EEUU y que poco a poco va adentrándose en otros países como Australia, Inglaterra, Italia, España...
Éste programa consta de 3 fases, donde cada fase debe mantenerse de 2 a 4 semanas. Cada persona es diferente, así que el paso de una fase a otra depende de cómo se sienta cada una. Lo ideal es que se pueda ejercitar de 2 a 3 veces por semana para que haya una mejoría significativa.
Los ejercicios son muy variados y dependen del grado de afectación en el brazo y hombro. Para que os hagáis una idea, existen ejercicios de rotación de la articulación del hombro, ejercicios de elasticidad, trabajo de fuerza con bandas elásticas o con fitball ... y todos ellos adaptados a cada persona ya que cada cirugía es distinta y puede afectar de muchas maneras. Cada cierto tiempo conviene tomar medidas de los grados de flexión y extensión del hombro para llevar un control y para que se pueda observar una mejoría que quizás a simple vista no se percibe.
Por supuesto es recomendable que todos los ejercicios se realicen bajo la supervisión de un profesional especializado en la materia para que la recuperación y evolución se realice de una manera segura y con confianza.
Este tema daría para muchas páginas pero al ser la primera vez que se toca no quiero ser muy técnica ni que la lectura se haga muy pesada. Seguramente más adelante vuelva a hablar del tema y profundice más en los ejercicios a realizar y en qué partes del cuerpo se pueden ver afectadas por los tratamientos.
Para concluir me gustaría decir que con constancia y trabajo se supera cualquier situación, pero sobre todo ACTUAR CON POSITIVIDAD ANTE LA VIDA hace que aumente la posibilidad de éxito y de ser felices.
María Alonso
Infinit Fitness La Moraleja
Entrenadora Personal y Especialista en Recuperación de Cáncer de Mama